El Correo de Andalucía es un periódico de Sevilla. Fue fundado en 1899 por el cardenal beato Marcelo Spínola.
Marcelo Spínola será nombrado arzobispo de Sevilla en 1895, donde se reúne con el magistral de la catedral, José Roca y Ponsa, el periodista católico Rafael Sánchez Arraiz, el canónigo Modesto Abín y Pinedo y con el sacerdote Tarín para fundar un periódico. El nombre del periódico sería El Correo de Andalucía. Ese nombre ya lo había tenido un periódico malagueño fundado por Ramón Franquelo Martínez en 1851. El Correo de Andalucía salió a la venta por primera vez el 1 de febrero de 1899. Como él mismo escribió en su primer editorial, no se trataría de un periódico consagrado a la información exclusivamente religiosa, sino sobre todo noticiero, con información local, regional y nacional. Darían noticias de agricultura, comercio, ciencia, arte y política. El primer director del diario sería Rafael Sánchez Arraiz.
Probablemente, la diócesis de Málaga se erigió a fines del siglo i, tras la evangelización de España por los siete Varones apostólicos enviados por los santos Pedro y Pablo. Sin embargo, el primer obispo del que se tiene noticia es san Patricio, que participó en el Concilio de Elvira (300 - 313). Tras él no se vuelven a tener noticias hasta el 579.
Durante la dominación árabe las noticias se hacen más raras; desde fines del VII al XII se conocen solo cinco obispos. Desde el siglo xiii hasta el xv, se nombraron obispos titulares para la sede, aunque no pudieron residir en la ciudad. Tras la Reconquista cristiana, la diócesis fue rehabilitada el 4 de agosto de 1486, y el 10 de diciembre de 1492 se hace sufragánea de la archidiócesis de Granada. En 1587, se instituyó el seminario diocesano, que cambiará a un edificio nuevo en 1819 y será trasferido a la actual sede en 1924.
Cristalería sita en Plaza de la Constitución, nº 2 al 8.
La litografía de Ramón Párraga se fundó en 1857. En su ramo llegó a ser una de las más prestigiosas de Málaga. Obtuvo varios galardones, entre los que se cuentan los conseguidos en la Exposición Internacional de Niza de 1884, en la de Barcelona de 1892 y en la de Málaga de 1893. Algunas de las obras más interesantes y representativas que se imprimieron en sus talleres fueron los carteles para las ferias malagueñas de los años 1894 y 1895, ambos de Joaquín Martínez de la Vega, y el de 1901 de Manuel Rodríguez Guerrero.
Tras su fallecimiento, su viuda coge las riendas del negocio. Así aparece anunciado en la Guía de Málaga de 1908 con el nombre de Vda. de Ramón Párraga. Al año siguiente vuelve a aparecer la litografía con el nombre de Ramón Párraga, por lo que suponemos que es el hijo mayor, llamado como el padre, el que se hace cargo del negocio, teniendo como socio a su hermano Manuel. Con ellos, los talleres, sufren una fase de decadencia, en la que no son capaces de afrontar las deudas adquiridas, y se ven obligados a venderlos a bajo costo al prestamista Juan Ortega. Éste adquiere en 1916 el negocio de Imprenta Ramón Párraga. Sus talleres siguen situados en la calle Molina Larios 11. De la calidad de sus trabajos hay que decir que estos nunca tuvieron la calidad artística de los elaborados por la familia Párraga.
Fuente: file:///C:/Users/Pc/Downloads/Dialnet-LaLitografiaArtisticaParaUsoComercialEnMalaga-4540629-1.pdf
La Parroquia del Sagrario fue erigida entre los siglos XV y XVIII, y está ubicada en el centro histórico, en calle Santa María. De estilo gótico isabelino, contiene un retablo plateresco. Se trata de una de las cuatro parroquias erigidas por los Reyes Católicos (junto con la iglesia de san Juan, la iglesia de Santiago y la iglesia de los Santos Mártires). Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1931. En su interior se encuentra, desde 1944, un retablo plateresco, obra de Juan de Balmaseda, proveniente de la iglesia de San Pedro de Becerril de Campos (Palencia).
El proyecto ha sido atribuido por distintos autores a arquitectos como Enrique Egas o Juan Guas, siendo su construcción obra de fray Bernardo Manrique de Lara. Sus comienzos fueron difíciles, paralizándose las obras en el año 1525 y acabándose finalmente en el siglo XVIII. La escalera de acceso fue derribada en 1862, para el paso de Isabel II, volviéndose a construir en los años 1940 por Enrique Mencía.
En 2020, durante una serie de sondeos que se estaban llevando en los cimientos del templo, se descubrieron restos paleocristianos, lo que certifica la presencia cristiana en las inmediaciones de la catedral desde muy temprana fecha.