El Vicario General, Jiménez Camacho, solicita licencia para la enagenación del solar, propiedad de la Archicofradía para la erección de un mausoleo en el cementerio.
Se expone la imposibilidad del párroco de solucionar el problema de los Jubileos durante el Septenario de 1932 ya que estaba comprmetidos con la Hermandad de la Soledad.